Posiblemente el otoño sea la estación más vistosa para el bosque, pero yo siempre digo que la primavera, cuando el hayedo tira la primera hoja, con ese verde claro y dejando pasar mucha luz, no tiene nada que envidiar al otoño. El problema es que este estado de color solo dura unos días, pues rápido las hayas se llenan de hoja y adquieren un tono más oscuro. Yo intento no perderme ningún año este espectáculo.
Salí de casa sobre las 10:00 de la madrugada, ;-). Cogí la pista del Calero de Brañosera y en 40 minutos había quitado ya el mayor desnivel del día, y entraba de lleno en la Mata del Fraile. Aunque el roble aún no ha echado la hoja (es más tardío), el haya estaba en ese momento que explico arriba, por lo que todo el trayecto por la pista fue una delicia.
Llegué a Peranava a las 11:30, pasé por el Chozo del Prao del Toro y seguí por el camino que desde allí entra en el Monte Calar. Este nunca defrauda, sea cual sea la estación, aunque allí el haya aún no ha abierto la hoja. Me dijeron hace poco que los líquenes largos en los árboles son indicadores de buena salud del bosque. Pues este monte esta lleno de ellos.
Recorrí la parte superior de este monte hasta llegar al chozo de Las Mesucas, pasadas las 12:00. De allí, visita al Roblón y un momento de descanso en El Cerezo. Ya para bajar escogí el camino fácil, y lo hice por la pista hasta dejarla por encima del Pozo Merino para llegar a Brañosera a las 14:00 y bajar por el carril-bici hasta casa, rematando la salida a las 14:40.
En resumen, casi 18 km en algo más de cuatro horas y media sin parar de hacer fotos y disfrutar de la primavera que por fin parece dispuesta a entrar. Aunque las previsiones daban lluvia y la mañana estaba amenazante, solo me mojé un poco los pies al vadear los muchos arroyos que tocó cruzar.
Datos de la Ruta:
- Zona: SAntullán – La Braña
- Tipo de Ruta: Circular
- Dificultad: Media por longitud
- Distancia: 17.57 Km
- Tiempo: 4:36 h
- Altitud mínima: 1.042 m
- Altitud máxima: 1.569 m
- Ascensión acumulada: + 561 m
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